Autobiografía

Autobiografía de Jorgelina Romeo

Si yo tuviera que escribir una autobiografía, como ahora, no sabría que poner porque, en lo que va de mi vida, ningún momento ha sido mas importante que otro.

Lo que voy a contarles es cómo a medida que pasan los años fui cambiando hasta llegar ahora, a la adolescencia.

Hoy con mis 14 años pienso, a ratos, cómo será el mundo cuando yo sea grande. A veces me preocupo al oír hablar a los demás, pero después escucho música, veo televisión o pienso que ropa me voy a poner para ir a bailar y ahí solo pienso en ese momento.

Con mi familia somos muy unidos.

Con mi hermano nuestra amistad comenzó de chicos, me enseño a escribir algunas cositas y jugamos mucho. Ahora el está estudiando en Bahía Blanca pero cuando viene me enseña, como cuando éramos chiquitos, lo único que ahora me enseña a manejar.

Mi hermanita me tuvo nueve meses esperando, creyendo, desilusionada, que sería un varón. Pero al final el 30 de enero de 1990, al volver de la colonia me encontré con que había nacido Virginia.

Una anécdota para contarles es cuando me moré el ojo, tal vez se pueda utilizar como una enseñanza, pero yo lo tomé como que los grandes lo saben todo, porque a ellos los dejaron vivir y yo a esa edad quería que me dejaran experimentar por mi propia cuenta y fue así como mi mamá después de insistirme con que no jugara con los varones, se cansó, me dejó y me di tal golpe que el ojo me quedo todo violeta e hinchado.

Empecé la escuela primaria y ahí creo que yo comencé a comprender muchas cosas. A tener amigos, a respetarlos y entenderlos, a respetarme y entenderme. En esta parte de mi vida me hice amigas que jamás voy a olvidar. Muchas fue sin querer, porque es el destino el que ya lo tiene pensado. La verdad que fue una época en la cual aprendí a valorar la amistad.

Ya en séptimo grado hice el viaje de egresados y me despedí, por dentro, de mis compañeros y me plantee como sería la secundaria. Tenía miedo, no, tal vez nostalgia pero también estaba contenta, quería el cambio aunque me doliera, lo necesitaba, para madurar y porque el destino así lo quería. Como también quiso que el 12 de noviembre 1982 naciera esa persona que, hoy estando en el segundo año de la secundaria, está escribiendo aquí su autobiografía.